Educar el talento Emprendedor trata de introducir la competencia de Aprender a Emprender en la práctica ordinaria de los docentes y así configurar una auténticas escuela emprendedora en la que el emprendimiento sea un quinto pilar en la educación como ya lo son las competencias de Aprender a Conocer, Aprender a Hacer, Aprender a Ser y Aprender a Convivir.
La enseñanza por competencias es un instrumento idóneo para entrenar y desarrollar de manera sistemática todas estas habilidades en la persona, y en lo que se refiere a la Competencia de Aprender a Aprender, exige el desarrollo de la capacidad de pensar de forma crítica, creativa y rigurosa.
Para este proceso se hace imprescindible el recurso a las Metodologías Activas, que ponen el peso del aprendizaje en el propio alumno y cambian sustancialmente el rol del profesor. Su tarea no es tanto durante la sesión sino en la planificación y reflexión previa para que los alumnos de modo más autónomo puedan construir su aprendizaje. En concreto, se recomiendan tres metodologías activas: aprendizaje cooperativo, aprendizaje de servicio y la elaboración de proyectos de emprendimiento ético, por su potencialidad en el aula para entrenar los aprendizajes vinculados al talento emprendedor.
El otro gran pilar es la definición de diversos sistemas de evaluación, en los que los profesores adopten el rol de entrenadores de procesos de aprendizaje de sus alumnos. La aplicación sistemática de herramientas produce resultados evidentes en la mejora del aprendizaje de los alumnos.
Los objetivos serían estos:
La enseñanza por competencias es un instrumento idóneo para entrenar y desarrollar de manera sistemática todas estas habilidades en la persona, y en lo que se refiere a la Competencia de Aprender a Aprender, exige el desarrollo de la capacidad de pensar de forma crítica, creativa y rigurosa.
Para este proceso se hace imprescindible el recurso a las Metodologías Activas, que ponen el peso del aprendizaje en el propio alumno y cambian sustancialmente el rol del profesor. Su tarea no es tanto durante la sesión sino en la planificación y reflexión previa para que los alumnos de modo más autónomo puedan construir su aprendizaje. En concreto, se recomiendan tres metodologías activas: aprendizaje cooperativo, aprendizaje de servicio y la elaboración de proyectos de emprendimiento ético, por su potencialidad en el aula para entrenar los aprendizajes vinculados al talento emprendedor.
El otro gran pilar es la definición de diversos sistemas de evaluación, en los que los profesores adopten el rol de entrenadores de procesos de aprendizaje de sus alumnos. La aplicación sistemática de herramientas produce resultados evidentes en la mejora del aprendizaje de los alumnos.
Los objetivos serían estos:
- Diseñar un modelo didáctico de desarrollo del talento emprendedor
- Generar intercambio de experiencias a partir de un modelo de coevaluación de proyectos
- Implementar proyectos específicos de emprendimiento ético/socia
- Evaluar con rigor las experiencias de aprendizaje a partir de las formación y de la puesta en práctica en las aulas
- Generar y compartir evidencias para que otros puedan aprender de las experiencias piloto
- Formar a un equipo de personas para lograr el reto de configurar una escuela emprendedora.
Las acciones a realizar serían las siguientes:
- Propuesta curricular para estimular el talento emprendedor entre los 6 y 16 años, que permita la implantación sistemática dentro de las áreas obligatorias y con una propuesta de tratamiento transversal de los contenidos curriculares que garantice que se trabaja dentro de la organización escolar.
- Realización de visitas pedagógicas a escuelas emprendedoras.
- Celebración de jornadas de buenas prácticas.
Fuentes:
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